Archivo de noviembre de 2010
Plata en la Sierra de Madrid
El azar quiso ayer que un Rallye impidiera el acceso al punto donde empezaba la quedada senderista que se había organizado hace meses, y también tuvo a bien sugerirnos un bar para desayunar donde un geólogo estaba montando una pequeña exposición. Tras entablar conversación con él, nos sugirió como alternativa a la ruta la ascensión a la antigua mina de plata de Bustarviejo, a solo unos pocos kilómetros de donde nos encontrábamos. De modo que a ese enclave nos encaminamos.
La mina de plata de Bustarviejo es uno de los muy pocos enclaves mineros de la comunidad de Madrid, aunque uno de los más grandes. Pese a estar fuera de servicio desde hace muchos años, su aceptable estado de conservación y el hecho de que disponga de galerías prácticamente horizontales ha hecho que el gobierno regional la elija para la creación del “Centro de Interpretación Geológico y Minero de la Comunidad de Madrid”.
La decisión fue anunciada en 2004 y se espera que esté terminado a finales de ese mismo año. Actualmente se sigue esperando.
La historia de la mina arranca bajo el reinado de Juan II de Castilla, a principios del S.XV, que promovió la búsqueda de vetas de minerales por la sierra Madrileña de Guadarrama. Sin embargo no es hasta dos siglos más tarde, en 1625, cuando se encuentran indicios suficientes que justifiquen la creación de un pozo minero en el valle entre el Cerro de la Braña y el de la Porquizuela. Pese a ello, se tardarían 20 años más en comenzar los trabajos de demarcación del mismo.
El impulso final al proyecto vino desde América. En 1660 un indiano volvió del nuevo mundo trayéndose la experiencia y los métodos utilizados en las ricas minas andinas, y se puso de forma autónoma a trabajar en la mina de Bustarviejo empezando por la construcción de un molino eólico de mineral, del que aún se conserva la torre (recientemente restaurada)
Su trabajo atrajo de nuevo la atención de Palacio, y en 1679 el rey Carlos II da carta blanca para la explotación de la mina. Y si bien fue el Nuevo mundo el que proporcionó al primer trabajador de la mina, fue el nuevo siglo el que trajo los primeros resultados, ya que las primeras extracciones documentadas de plata, datan de los años 1703-1705. Por desgracia, las segundas no sucedieron hasta 20 años después y fueron bastante efímeras. En 1740, tras demasiados años de seguía argentina, la mina es abandonada.
A mediados del siglo XIX, la escuela de minas realiza algunos análisis que desembocan en la demarcación de nuevas minas y la apertura de nuevos pozos, gracias a los cuales se consiguió en 1867 fundir plata de nuevo en Bustarviejo. La veta se explotó durante 5 años, y una vez agotada, la mina vio de nuevo cerradas sus puertas. Nunca más se volvió a extraer plata de sus túneles, aunque años después varias de sus galerías fueron saneadas para la extracción de arsénico. En 1928 la mina se declara impracticable y se abandona definitivamente para usos comerciales, si bien en los años 70 varios mineros asturianos estuvieron realizando varias exploraciones dejando la maquinaria como testigo mudo de las mismas.
A la espera de la creación del ya citado Centro de Interpretación Geológico y Minero, la mina es una muy buena excusa para un paseo por las empinadas laderas que a ella conducen. Días como el de ayer, enclavados en pleno otoño y con temperaturas alrededor de 0º, ofrecen un espectáculo de colores anaranjados y arroyos congelándose que compensa el hecho de no poder visitar el interior de la mina. De éste, sólo nos podemos hacer una idea gracias a la maquinaria minera que se ha dejado abandonada de mala manera expuesta en los alrededores.
Del paisaje y estos artefactos, hay (espero) sobrada información en esta galería de Flickr
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Fuentes:
Kilómetro Cero
Hoy arranco este viaje, y todos los viajes empiezan en el punto kilométrico cero, así que…
Una de las cosas que aprendí en clase de física era que para resolver un problema lo primero que había que hacer era establecer el origen de coordenadas. Y establecer un origen incorrecto podía complicarte muchísimo la vida.
Esta enseñanza no es sólo aplicable a la física, sino también al urbanismo. Cuando las ciudades empezaron a alcanzar un volumen en el que era imposible ubicar sus viviendas sin algún tipo de referencia, no quedaba más remedio que numerar cada una de las puertas de una calle. Ésto abrió dos preguntas ¿Dónde ponemos el uno? y ¿Dónde ponemos el dos?, pero esa no es la historia que queremos contar y ya fue contada en otra ocasión.
De igual manera que a escala municipal había que decidir dónde colocar el origen, cuando hablamos de rutas intermunicipales también hay que decidir el sentido creciente del kilometraje. Aunque en este caso, dado el caracter radial de nuestras carreteras resulta mucho más fácil, (en Carreteros.org [¡OJO! ¡Comic Sans!] lo explican la mar de bien) todo empezará en Madrid, en el Kilómetro 0.
La primera placa con el kilómetro 0 de España se colocó en la Puerta del Sol de Madrid en 1856, no porque sea el centro geográfico de España como erróneamente se cree, y ni siquiera porque lo sea de Madrid. Se colocó donde está porque se encuentra en la puerta de la Real Casa de Correos, y no hay nadie más interesado en la numeración de las direcciones que el sector postal ¿no?. A principios del siglo XX, Correos se trasladó al espectacular Palacio de Comunicaciones, en la calle de Alcalá, pero el kilómetro 0 continuó en la Puerta del Sol, y en 1950 se colocó la placa que lo ha indicado hasta el pasado año.
Como veis en la imagen, tomada el 21 de Julio de 2009, los efectos de 60 años de gente que quería tomarse una foto en el centro de España y confundía “posar” con “pisar” ya habían cruzado la línea entre lo evidente y lo vergonzoso. De manera que aprovechando la enésima remodelación de la plaza, se encargó a la firma Granilouro una reproducción exacta de la vieja placa, solo que más duradera. La tarea acabó en la mesa de Paco Candán, y solo la tarea, porque ni planos ni nada… el pobre se tuvo que buscar las maneras y lo consiguió sólo hasta el penúltimo detalle. En cualquier caso, hoy todas las carreteras radiales de España toman como referencia esta nueva placa, que simbólicamente, también sirve de origen de este nuevo blog.
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Referencias no enlazadas en el artículo: